Mejor que pasarte de puntillas,
Muerte,
Muerte,
prefiero la quietud a tu lado,
con una ristra de suciedades en tu cuello
y una cadena de hierro en mis tobillos.
Superas con creces
mi concepto de Dios
y no consigo volarme tus sombras.
Ven, esta vez, Muerte,
a explicarme tu jugada,
con una mueca de duda en tus labios
y una cadena de hierro en mis faltas.
No te quedas lo que nos usurpas,
te lo infectas,
y creerás que de rodillas serás más venerada.
¿Qué has hecho, Muerte, con las mentes débiles?
¿Qué estás haciendo, que matas?
O qué hacemos nosotros,
Humanos,
que nos plegamos hacia dentro y callamos,
que lamemos óxido y nos marchamos,
que siempre se sobrevive y lo olvidamos.
Que aún queda agua en las voces
y pulso en las ramas.
Paula Sanz.
[In loving memory]
Sigo teniendo tanto miedo hoy como aquella noche de conversación en el coche, Paula.
ResponderEliminar