No soy una mala mujer, solo una mujer abatida por los cocodrilos
(Tengo que decirte algo). Qué extraño que al levantarme la blusa no
vieras el enorme bocado cicatrizando en mi costado. Qué extraño que
apartaras mis advertencias con un matamoscas (Esto no puede ser). Qué
extraño que no te despertaras por los rugidos desalmados de los
fantasmas de mi cuerpo. No soporto el minuto en el que no me dejaste
explicarte cómo salir de mi laberinto, ni tus ojos de tigre herido
(¡Espera!), ni mi flaqueza de ciervo, ni aquella jungla brotando a mi
alrededor, tragándome (Por favor, espera), abrazándome con su fracaso de
naturaleza muerta. Tus alas de águila desplegadas (Yo quería decirte
que), mi recular de pantera desconcertada, las normas prehistóricas del
reino animal. No siempre soy una mujer doliente pero siempre no siempre dura lo mismo. Y
que no a la primera, y que no a la segunda, y de verdad que no a la
tercera (Me doy contra mi propio muro, no puedo). Una se agota, una
necesita una isla donde ejercerse, una debe limarse sus propias
asperezas (Lo siento mucho). Piensas que has sido mi uso y mi abuso, el
polvo de los viernes (Espera un momento), el trampolín hacía un futuro
menos apretado, otro clavo más (¿Ya está? Déjame explicarte que), otro
clavo menos, un valle, un río, un alud. Lo que has sido es una cascada,
una especie en extinción, una cura vírica, una abundancia, un fulgor. Unas manos adiestradas como nunca he visto igual, una sensualidad, un hombre, un hombre (Si tu supieras que).
A ti te parece -parezco- sumamente superficial y a mí me parece
-pareces- sumamente grandioso (Hay una parte de mí que es tuya). No soy una mala mujer, pero tampoco soy el camino que debes recorrer (Sí, ya está).
Paula Sanz.
me has dejado sin palabras. Gran texto. Brutal. Increible. De los mejores. Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
ResponderEliminarMe encanta Paula. No te conozco, pero el tiempo que llevo leyéndote... En fin. sin palabras una vez más. Tienes un admirador..
ResponderEliminar:)