lunes, 13 de mayo de 2013

Life rushed to my fingers like a blood clot.


Recomendación- que suene esto de fondo: http://www.youtube.com/watch?v=muLfJWOfqGQ

She is all there.
She is yours have to have.
This is not an experiment. She is all harmony.

Francamente, a veces el vuelo de la espiga me iguala y me hace suyo. Y valgo un breve oxígeno en tu boca, justo antes de apretar los labios y que te eches a dormir. Valgo solo una vértebra de entre todas tus vértebras, un pedazo de piel cosido al pecho izquierdo con lija verde.

I give you back your heart.
I give you permission -
for the fuse inside her, throbbing angrily in the dirt,

No puedo deshacer los años. Querría desandarlos alcohol en mano para tambalearlos y desbesarte de Ella. Aparecer en el preciso instante de vuestro primer jugo de sábana y bloquearlo todo y destocarte mucho de Ella. Francamente, soy como el remanso en el segundo antes de no estar en paz. No puedo desmembrar vuestros años.
for the bitch in her
and the burying of her wound -
for the burying of her small red wound alive.

Y si me quitaras el abrazo y dejaras una hoja de laurel sobre esa brecha, y si me vaciaras entera e hicieras    caldo de amapola seca. Nada me quita el vértigo de que un día te devuelvas al regazo de Ella, que aún te estará queriendo, con sus bucles silenciosos y sus ojos serenos y su hambre dulce y yo con mi petróleo de oscuridad más grave y mis ojos gaseosos de lava.

She is so naked and singular.
She is solid.

Ya la vida no es tan fácil de explicar como antes. Ni yo tan moldeable. Y sin embargo, siempre que te imagino con los pies en la arena y tu mano en mi pelo, se me olvida toda la ceniza. Pero cuando me da por mirarte con mi mirada de embarazo sangrante, a esa tristeza nada le hace justicia. A esa imagen

As for me, I am a watercolor.

de ti marchándote a lo lejos. De ti queriéndome a lo cerca.



I wash off.

Paula Sanz & Anne Sexton

jueves, 14 de febrero de 2013

Cuando fui mortal.

Gueorgui Pinkhassov

No son más que palabras, pero pongo a mi enjuto cadáver por testigo de que estoy solo, de que estoy contigo.
-Joaquín Sabina-

Aquí a mi lado tengo a veintitrés locas desplegadas
y por cada una, una edad desajustada.
Están aquí y se callan, muertas las musas,
excepto cuando intento desahogarme,
y entonces me dicen:
espera, primero traga.

''Un puñado de escamas de labios -les cuento-,
un rugido celestial, entre la hierba toda mi sangre,
un contoneo sudoroso en mi paladar. 
Así le quiero yo. Gritando.''

''Me faltan una pierna y un brazo y un hombre -les cuento-,
me falta una línea continua, una luz dirigida,
una mano en mi pecho que diga:
espera, primero respira.''

No hay peor soledad que la predefinida,
aquí a mi lado tengo a veintitrés locas
que no saben si llorar 
o matar el tiempo en otra herida.

''Un bulto rojo en la esperanza -les cuento-
piel de neumático desgastada, 
una mamada a la crueldad aprendida
por no bajarme la falda.
Así es como me encuentro yo. Suplicando.''

Aquí a mi lado tengo a veintitrés locas agónicas
que me miran con cara de pena,
que me prestan consejos muy rotos,
excepto cuando me dicen:
Aguanta tú, 
aguantad vosotros.


Paula Sanz
Boston, febrero 2013

lunes, 28 de enero de 2013

It takes everything in me.


Queremos vivir como árboles,
sicomoros resplandecientes en el aire sulfúrico,
cubiertos de cicatrices y aún floreciendo exuberantes,
nuestra pasión animal enraizada en la ciudad
-Adrienne Rich-

Una de dos: o se es libre o no.

Algo me dice que este festín visceral entre mi tormento y mi humanidad no puede significar que soy libre. De hecho, ahora que me fijo, tengo los grilletes en los tobillos, las muñecas costrosas, los talones cuarteados. Sí, creo que no soy libre. Corregidme si me equivoco. Hay muchas maneras de no serlo, como por ejemplo, mirar a la vida de reojo y decirle oye, pero a dónde mierdas vas, que te estás equivocando de dirección. Y la vida ni te mira, y tú no te tiras encima para frenarla, y la vida sigue y sigue mal, porque de haber sido libre, las cadenas no te hubiesen impedido ir a por ella. Corregidme si me equivoco.

Sé que no soy la única así, y en este ínfimo refugio, hallo un amarillento pero sincero consuelo.

Si yo fuera libre, cortaría todos los inviernos de mi carne y elegiría abrazar para siempre al mismo hombre que ahora apenas abrazo, y para siempre significaría lo que a nosotros nos diese la gana, y ya no habría jaulas de pánico ni afinados silencios de distancia. Mi cuerpo alcanzaría su máximo potencial conmovido por el suave tránsito de las pieles, su máxima explosión  de tonos violáceos y tonos marinos bajo los dedos del mismo hombre, y mi voz sería la mejor de mis voces, y el calor entre nosotros estaría limpio. Latiríamos juntos sin palabras, fulminados y vibrantes, juntos, juntísimos.

Sé que no soy la única así, y en este ínfimo refugio, hallo un acuoso pero consciente consuelo.

En mi no-libertad también estoy tratando de abandonar la cárcel del pasado. No me presta, pero lo acepto, ese cúmulo de vaho en mi cerebro que lleva el nombre de sus otras mujeres; esos besos antiguos, esos amores que ha hecho. Supongo que yo también he acariciado otras caras y he arqueado los pies con toda mi inercia. Pero su pasado me despelleja en la medida en la que lo desconozco. Y ese hecho recae sobre mí como un velo de funeral, me tatúa, me vuelve sidosa, corregidme, cancerígena, hemofílica, terminal, pero es que no me equivoco. 

Sé que no soy la única así, y en este ínfimo refugio, hallo un turbio pero sano consuelo.

No sé cómo ni cuándo intercambié mi voluntad por largos días adultos, donde la gente sin gestos solo calcula el precio de todos los objetos brillantes y grandes. Tiene que existir una mejor versión de las cosas. Tiene que poder ser, que la felicidad que encuentran dos personas juntas no se vea minada por terceros. 

Sé que no soy la única así, y en este ínfimo refugio, hallo un sensato consuelo.
Pero una de dos: o escapas o sucumbes a ello.


Paula Sanz
Boston, enero 2013