sábado, 28 de abril de 2012

The sweetness at the bottom of the cake.

Man hands on misery to man.
It deepens like a coastal shelf.
Get out as early as you can,
and don't have any kids yourself.
-Philip Larkin-


No me queda nada de lo que era,
por eso tengo que rellenarme de nuevo
con cualquier guarrería,
porque no soporto esta vida limpia que llevo.

Hasta que no encuentre alguien que sepa hilar
cinco frases bellas detrás de una blasfemia,
hasta que no se me encojan los dedos de los pies
con el terraplén de una boca,
voy a ser muerte.
O peor, pena.
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- ¿No te molesta que ahora todo el mundo escriba?
- Cuando baje la espuma, ya veremos qué altura tenía la ola.
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Esto se reduce a que soy un saco de huesos
que nadie nunca ha querido,
porque doy angustia
o porque no doy bien,
y me estás haciendo llorar
con esa manía tuya de apedrearme los recuerdos.

Me cuesta sopesar lo que me pasa,
esta personalidad aparatosa 
que no me quito ni tiesa,
estas rarezas, estas profundidades, estos dobladillos.
Es tan complejo encontrarme,
y me estás haciendo llorar
con esa manía tuya de decir: 
haz lo que quieras, pero a mí.
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- ¿Entonces qué te asfixia?
- Me asfixia el cierre temporal de sus piernas.
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Ni en un millón de daños
voy a aprender a sortearme
pero si alguien pudiese solo apoyar su mano sobre mi mano
y regresarme
quizás así entonces yo encuentre sensato aceptar
que yo le quería por muchas más razones de las que perdí.
Que estoy intentando salir viva de aquí.
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- Amiga - dice - es que hay mucha gente jodida en Madrid.
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Paula Sanz

domingo, 8 de abril de 2012

A mouth made to do violence on.

-La vida es una muerte que nos lleva tiempo.
Emily Dickinson-



Veo color fucsia mientras reboto en el suelo y vuelvo a alzarme en el aire. Para quien quiera morderme el cuello, sabrá a sal y a colonia. Se me alborota el pelo, me doy empujones con la gente que me rodea, veo azul neón, veo naranja tibio, me casco la voz. -¿Quieres otra copa?- oigo, -No,no,no, gracias, si es que me las estoy tirando encima-. Y entonces, por primera vez, en mis ojos no hay sitio para nosotros dos. Soy solo yo, con mi vocación de incidente de diminuta tragedia. Con los campos ociosos de mi cuerpo donde no se recolectan los arándanos. Con las manos sumisas de mis tardes. A medio vuelo, las puntas del pie casi tocando la superficie pegajosa, el empeine en una curvatura que se parece a un orgasmo delicado, se desata en mí la libertad. Consiento que le dés paso a una mujer nueva que sepa naufragar cada cinco palabras, que puedas escoltar a tu gusto. Yo estoy que reviento pero no más ropa interior sudada de incoherencia. Noto la ginebra reverberar en mi garganta y me trona el pecho con la música. El humo de los cañones me difumina, veo amarillento, veo verde lima, sujeto un hielo entre mis dientes hasta que me duele. -¿Estás con alguien?- oigo, -No, ahora soy yo la que está sola-. Sin esa persistencia tuya, que aparecías de golpe y lo estropeabas todo y yo lo estropeaba también. Aunque no siempre; a veces nadábamos juntos río arriba entre las algas y nos sacábamos jugo, felices, tranquilos. Esto se lo hará el humano mutuamente hasta la eternidad: un juego de palas y sangre, contigo y sin tí, contigo y sin tí. Intento descalzarme pero noto los cristales en mis plantas. He aprendido de una en una las normas de los talones y las medias rotas. -¿Te vas ya? Quédate, anda- oigo, -Si me quedo vas a tener que sacarme de aquí como un saco de patatas. Nos vemos-.


[...]

Al llegar a casa, me quedo en blusa fumando en la ventana. Yo no fumo pero hoy me viene bien. Es curioso, que las cosas muten de esta forma, que yo me sorprenda haciendo lo que tantas veces te he visto hacer. Que sea esta intimidad infinita y menuda la que me quedo de tí. Veo burdeos, veo gris niebla, veo rosa seda y ya ves, tú me la pagas con hembra y yo me termino el cigarro encantada poco antes de las seis-cuarenta y tres.


Paula Sanz

domingo, 1 de abril de 2012

Lick the palm of the burning handshake.

Quant aux gens que j'accuse, je ne les connais pas, je ne les ai jamais vus, je n'ai contre eux ni rancune ni haine.  Ils ne sont pour moi que des entités, des esprits de malfaisance sociale.  Et l'acte que j'accomplis ici n'est qu'un moyen révolutionnaire pour hâter l'explosion de la vérité [...]
Émile Zola,  J'accuse,  1898


 
1. J'accuse ma moyenneté (I accuse my averageness).

Me olvido de abrocharme los botones del vestido por las prisas. Hago llamadas importantes con voz importante y doy las gracias cada cinco minutos (gracias de seguir viva, digo). No suelo cenar, duermo siestas a las dos de la mañana y se me dispara la nómina (el disparo en mi sien, casi). Me proyecto, medro, aprendo, capturo, progreso. Perfecciono el apretón de manos, descruzo las piernas en el momento justo. Me engulle el éxito, me abraza el éxito, voy a comprarme vestidos con cremallera porque
my time is money, 
repiten aquí hasta la saciedad y yo me tapo los oídos: me da pánico ser capital humano. Ser tan aria como ellos me inmuniza cuando digo que soy del sur de Europa, que aquí es sinónimo de parasitismo económico y desempleo. En la calle de las embajadas me pagan por conducting strategic analysis and being foresight-oriented, que es como llaman aquí a pensar, aunque ser analista estratégico senior no les impide mirarte las piernas mientras te explican gráficos. Los viernes por la noche me cruzo con mi antítesis en fiestas de expatriados donde solo se hablan lenguas bárbaras.

2. J'accuse ma gourmandise (I accuse my gluttony).


Por cada euro que cobro se endurecen más las rocas de mi cantera. No quiero decirlo, no quiero decirlo pero eres la viva imagen de mi soledad y mi fracaso. Mejor tú que nada, mejor tu atención que nada, sentir que aún existe una masturbación con nombre propio. Haz algo conmigo, dame cuerdaNo me obligues a decirlo más, no me obligues pero podrías ser cualquiera y sin embargo, te quiero más para mí. El recuerdo de las flores rotas bajo la almohada se arruga en mí. Me abrumaba la vida entonces, me abrazaba la vida, tengo claro que
                                            nuestro tiempo era oro,
so much so I would still be willing to get earthly with you, even though the only thing you ever got right was kicking up my dust. Go on and tell me again how beautiful my breasts are, how I would be damned to eternally remain undressed from the waist up if you were granted the rare honour of bridling my bareness. I am shamelessly gagging for it. For the manlier you. For the uncivilised us.


3. J'accuse notre fragilité (I accuse our frailty).

Don't get me wrong, dear. I am not letting your theatrical betrayals fall apart at the seams. My mendings itch but I will last it out. Our pathetic threads have been spindled; now I dare us to
let gold rust but learn from time.
Se te perdona que me apostaras en una partida de dados, tus ademanes de casanova barato, tu lujuria de cristal. Se me perdona el recordarte a la carta (en forma de momentos, de frases: tú fumando en la ventana;  no me das miedo, Paula) y a deshora.
Se te perdonan el rechazo, la acritud y la vuelta a destiempo. Se me perdona el recordarte a la carta (en forma de momentos, de frases: quitarte las gafas antes de seguir; vuelve ya a Madrid) y a deshora.



paulasánchez y Paula Sanz