domingo, 29 de mayo de 2011

Try this with your eyes closed.



Qué vergüenza, habernos perdido tantos domingos. Con lo exquisito que era espiarte, mísera de mí, en tu somnolencia. Con lo que me gustaban la pureza grotesca de tus pies, tu saliva, tus espacios feos. Volverse tú de mí y yo de tí durante una cantidad arriesgada de días. Qué vergüenza que no pueda verte coger al niño en brazos y pierda así la oportunidad de sacar mi vago instinto de mujer. (And they call this tragedy). Lo envidiable de lanzarse a la avidez de las bocas, al doble cóncavo, al triple ciego de placebos, al agárrame fuerte, al quizás otra vez. Qué vergüenza, haberme cebado tanto con mi cuerpo. (Our earthly pleasures). Dar vueltas al ruedo, mi ambición enfrentada a la tuya, hacer gala de nuestra inteligencia, cepillarnos los adverbios a golpe de la palabra acuarela. Mezclarnos en un acto generosamente egoísta y capacitado, que te debo tantos orgasmos como tú a mí presencias. (Stop me if you think you've heard this before). Qué vergüenza que la soledad ahora haya copulado un abismo. Ya no me perteneces pero estás más guapo que ayer. No es fácil querer a una mujer que piensa que la salvación del espíritu está en los vértigos púbicos y no en las monedas. (Declaration of dependence). Coser escorpiones en las yemas de los dedos y por eso no tocar. Enfurecer la caligrafía, si la vida fuese menos pose y más prodigio, que me callo como una puta mi atroz falta de serenidad. Qué vergüenza, no saber decirte que llegarte, llegar tan lejos como allí, es tierra húmeda para mi deshidratación. (Not a single word about this).



Paula Sanz.

miércoles, 25 de mayo de 2011

La incertidumbre para principiantes.

Madrid, mayo del dos mil once.


Peor que la diplomacia por deber y no por voluntad, que las calles de Madrid a rebosar de conversaciones que incomprensiblemente no hablan de revolución, que una expectativa varada a medio camino, que la apatía ajena y propia, que los domingos, que los buenos propósitos cuando no pasan de propósitos, que la cuestionabilidad de los referentes, que la gratuita alteración de las facultades, que la palabra papeles, que la ceguera cuando adrede, que la infecunda exigibilidad de la coherencia, que la ideología por costumbre, que los embargos de Europa, que la embargada vergüenza de Europa, digo, que la ignorancia, que el número menguante y el estado crónico de los pinchazos en la conciencia, que la luz cegadora de la madurez cuando brilla por su ausencia, que el eterno verbo empezar, que el verbo Dejar(te) seguido de Pasar, que la claridad meridiana cuando se trata de la fuerza del pueblo y su tendencia a enturbiarse cuando se trata de atreverse siendo dos, que las dudas, que el arte de intercambiar impresiones y no alientos, que mi curiosidad por saber hasta qué punto roza lo ridículo tanta efusividad parlamentaria, que la naturaleza limitada de mi creatividad llegado el momento de inventarme ristras de frases que te prolonguen, 


peor que todo eso es la practicidad cuando esta se presenta sin invitación: temer la desembocadura de tanta impresión en un silencio que ponga en duda la utilidad de tenerte cerca,     

peor, tenerte cerca y estar ya echándote de menos.


paulasánchez

domingo, 22 de mayo de 2011

This could be the moment that turns into a lifetime.

15-M

El universo cae en una categoría tiránica llamada incertidumbre, aunque no para siempre. Abajo, donde el dolor, eran tantos alzando las manos contra este no saber, este no hacer, esta parsimonia que revienta, revienta, revienta, que se ha forjado algo de orgullo en mi costra española. Yo me marcho, expulsada por un país que hace tiempo que se queda corto y cojo. Yo me iré, sí, pero un poco menos decepcionada y con media sonrisa en la comisura de la boca. Que un día irrumpirá la victoria y España dejará de ser dos brechas putrefactas. Desde otra latitud, esperaré esa epopeya, y llegará, y yo tocaré palmas como me viene de raza, y brindaré con arriba-abajo-al centro-y p'adentro. Este país, que promete tanto como incumple y que es la cuna de tanto potencial desperdiciado. Este país, que tiene ya historia de exiliar a demasiados y que no entiende cómo arropar a una población. Este país, que viene y va en una deriva amarilla, que resurgirá, que será descrito como se merece y que aprenderá a base de palos de ciego y de palos astillados.

Yo voy a desarraigar mis raices porque quedarme me las mata. Corro lejos para poder recordar lo bueno y no caer en la pena. Y tiene mucho de cobarde no permanecer y aguantarle el pulso al hundimiento, pero yo tengo una joya al otro lado del agua. De esas que ya no se encuentran, de esas que beben vino blanco mientras se ríen y tienen la consciencia soleada y sólida. Nosotros, él y yo, tenemos el pulso de una estrella, arriba, donde solemos gritar. No me perdonaría contemplarnos en desperdicio. Como yo, muchos otros elegirán un rincón del mundo donde hacer tiempo hasta que España resucite y reclame. Como yo, serán extraños y hablarán demasiado alto, querrán comer con aceite y serán los primeros en ponerse a bailar. Yo doy mi voz, mi paz, los niños que estén por nacer, mi sustancia, mi color, la sal, mi dios que nunca voy a tener. Esté donde esté, será todo de España y España algún día aprenderá a no estropearlo. Cuando el universo caiga en una categoría paciente llamada esperanza.



Paula Sanz.

domingo, 8 de mayo de 2011

Shared grief is half the sorrow.


Mejor que pasarte de puntillas,
Muerte,
prefiero la quietud a tu lado,
con una ristra de suciedades en tu cuello
y una cadena de hierro en mis tobillos.
Superas con creces
mi concepto de Dios
y no consigo volarme tus sombras.
Ven, esta vez, Muerte,
a explicarme tu jugada,
con una mueca de duda en tus labios
y una cadena de hierro en mis faltas.
No te quedas lo que nos usurpas,
te lo infectas,
y creerás que de rodillas serás más venerada.
¿Qué has hecho, Muerte, con las mentes débiles?
¿Qué estás haciendo, que matas?
O qué hacemos nosotros,
Humanos,
que nos plegamos hacia dentro y callamos,
que lamemos óxido y nos marchamos,
que siempre se sobrevive y lo olvidamos.

Que aún queda agua en las voces
y pulso en las ramas.



Paula Sanz.
[In loving memory]

viernes, 6 de mayo de 2011

La avería descalza.


Yo tengo la palabra principios, madreselva prolija, embelleciéndome la voz y la maleza de mi propensión a la primer persona del singular convirtiéndola en un murmullo sordo.

[El estómago se retuerce]

Yo he huido de Madrid a Francia y de Francia a Perú y ahora vuelvo a huir a Francia y tengo miedo de que un buen día se me acaben los planes y el peso de la nada me desvalije la cobardía y la incapacidad de ser sin más, de ser conmigo.

[La boca sabe a hiel]

Yo he oído a mi madre opinar lo que mi padre y lo que las cadenas de televisión que se ven en casa.

[Se aprietan las mandíbulas]

Yo he visto a gente bailar para festejar la muerte de un desgraciado al que la muerte ha ahorrado el esfuerzo de aprender.


[El pecho se deshace en arritmias y estertores]


Yo he avivado con disimulo el fuego de la fragua en que se forja la gula de Occidente mientras proclamaba a voz en grito que arda, que arda, que arda.


[Se infecta el cuerpo de magulladuras violetas y amarillentas]

Yo aparté la cara a alguien y el arrepentimiento me abofeteó la décima de segundo en que comencé el giro de ciento ochenta grados.

[Cada conducta farisaica es una pedrada]

Yo me he enfundado en una americana y he adquirido prensa económica extranjera para que mi apariencia refleje el nivel económico e intelectual que mi palabra no.

[El alma se desangra]

Yo he escuchado a un milagro de persona llorar y decir ya no tengo nada que hacer aquí, quiero que venga y que pase rápido.

[El alma se desangra]

Que por favor no se me pasen estos veinte años.
Que los pilares de mi idealismo, dentro de otros veinte, no se hayan venido abajo.

paulasánchez

jueves, 5 de mayo de 2011

The bearer of unconditional things.

Moss Graffiti collection

Buscas salidas para no recordar nada de lo de antes.
Queda lejos pero es tu recosido, tu espíritu más decente.
Y no hay sexo trabajoso ni herejías suficientes
que amansen los huecos que no dejan de aparecerte.
Es tan típico, verte encadenarte y agonizar en la emoción.
Queda lejos y a veces eso es peor que tocar otro sudor.
No lo haces porque aún tienes una cosa antigua llamada esperanza.
Parece que por no asustarte en alto vas a conservarle.
Y la verdad es que ahora puede estar mordiendo labios de mujer.
Los futuros que te has adjudicado no siempre son a prueba de bala.
Y a tu alrededor vienen y van,
te hacen la serenata, te detraen un pasado común,
te creen tentada, te creen idealizada, pero no.
Tú solo buscas baños húmedos o lluvia fría.
Quemarte con el café y palidecer de soledad.
Algo, lo que sea, algo que no quede lejos.
Para variar.


Paula Sanz