miércoles, 29 de diciembre de 2010

In the name of the best within us.


In the name of the best within us, I say:

Que qué era esto, te decía yo. Que si era para morirnos o si era para la vida en adelante. Y yo ya sabía la respuesta, la bonita, la que me abarca. Perdí el control, corazón, cuando deduje tu reflejo a través de la botella de limoncello. Que esto era aquello, me decía yo. Aquello que mueve mares y que me engendró la locura de pensar que diez horas en el aire son tres películas y no mil euros de turbulencias. Levanté el freno de mano, me expulsé del mercado, corazón, el día que me preguntaste si yo tenía fe en las cosas. Que la fe la tengo en nosotros, me dije yo. No hay más perfiles de esperanza en este cuerpo. Me gustaba vivir de las rocas, hasta que apareciste tú con la arcilla de la revolución natural. Que hubiéramos sido grandiosos, te decía yo. Y tú ya sabías la respuesta, la que te contaba yo todos los días, la que acumulamos en cuatro meses como cuatro maravillas.
[La realidad fue así, pero multiplicada por cincuenta]



Erring on the edge of safe, I say:

Yo tengo que volver, y nadie es capaz de comprender tu ausencia mejor que tú mismo. Via Molino delle Armi está muerta, Via Ludovico Muratori está muerta, el quicio de nuestras puertas, la noche templada de la colisión, corazón, del arrebato, y todos se han muerto ya, subyacen las sombras. Pero yo tengo un pulso arrítmico, un latido de menos que se apelmaza con el siguiente, yo tengo la sangre escocida, corazón, y no te lo quiero decir, que siento que me voy a morir cada medio minuto, que me saques de esta caja de hierro, por favor. Yo tengo que aprender a volver, aunque sea a golpe de día a día.
[La realidad ahora es así, pero multiplicada por cincuenta y uno]



-Prometo que por cada vez que diga muerte, diré alas. Por cada negro, depuraré un rosal. Por cada rabia, diré afán. Prometo por si sirve de algo; por si dentro de siete horas, te da a ti por prometer.-




Paula, y con eso basta.


1 comentario:

  1. Pero yo tengo un pulso arrítmico, un latido de menos que se apelmaza con el siguiente, yo tengo la sangre escocida, corazón, y no te lo quiero decir, que siento que me voy a morir cada medio minuto, que me saques de esta caja de hierro, por favor.

    Dios. Mío. Esto (sintiéndolo mucho por los góngoras y derivados) solo se podía expresar en prosa. Decía Neruda que Paula Sanz haría con el castellano lo que la primavera hace con los cerezos...

    pd. Hang in there, Paula. Cada vez que prometes tú, prometemos contigo ;)

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