lunes, 17 de agosto de 2009

Razón de ser y un intermedio de Lorca.

La Dignidad Perdida es un experimento literario, un contorno que surge de dos manos (de dos manos, de dos cuerpos, de dos voces, pero de un mismo nombre). Pretendemos crear un conjunto de pequeños momentos, transmitir la furia (el pudor) ante el reto de la página en blanco, la electricidad de sentirnos vivas (muchas veces, mucho tiempo). Declaramos una guerra sin cuartel a la censura. No queremos esconder ni las torpezas ni los deslices (los suyos, los nuestros). Desmentimos que una imagen vale más que mil palabras si estas se engarzan debidamente. Por eso, recorreremos con ellas cada rincón ácido, cada contacto floreado, cada música, cada derrumbe de versos construidos a golpe de dignidad, o, seamos sinceros, a golpe de la pérdida de esta «en cualquier parte». Elevaremos, así, el velo que cubre nuestras manos y el silencio que descansa sobre la tinta; encenderemos los ojos acallados y las historias débiles que permanecen aún en el desván. Desván donde el polvo viejo congrega estatuas y musgos, cajas que guardan silencio de cangrejos devorados en el sitio donde el sueño tropezaba con su realidad.
Allí nuestros pequeños ojos.

Paula y Paula.

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