miércoles, 28 de octubre de 2009

Apaga y vámonos.




De aquello que me pertenece,
no recuerdo nada mejor
que el guiño infiel de tu deseo
al otro extremo de la mesa.

De aquello que no hago,
ser paciente es mi dominio;
procuro humedecer el rebordede tu nombre
para ver si también te desquicias.

De aquello que eres,
que no estás dónde deberías,
es una tregua ciega en llamas;
corazón,
qué retorcido juegas.

De aquello que me has quitado,
quédate solo lo último.
Devuélveme la solidez de mi palabrería
y la belleza desparramada de mi alivio;
Ríspidas son y ríspidas serás
las exigencias incómodas de mis retinas.

De aquello que sé,
que vas a darme esquinazo
y a bordarlo con florituras transparentes,
es el pilar
de todos mis infortunios.

De aquello que me sobra,
los besos los malgasto en otros,
la ropa me la quito antes de tiempo,
y la decencia la baño en lejía.
No hago más que embadurnarme
de mundanidad repulsiva;

corazón,
suerte que no fumo de día.






Paula Sanz.

1 comentario:

  1. De aquello que me sobra,
    los besos los malgasto en otros,
    la ropa me la quito antes de tiempo,
    y la decencia la baño en lejía.
    No hago más que embadurnarme
    de mundanidad repulsiva;

    corazón,
    suerte que no fumo de día.


    La dignidad perdida descrita a la perfección :)

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