viernes, 23 de abril de 2010

Hay jaquecas que dan menos guerra que tú.


Una del mediodía: el atragantamiento.
A carcajada limpia
río tus limosnas.
Si mucha solear
y mucha copla,

pero cosquillear suelas
de mutilado
solaza más que tus nos
de pie quebrado.

Una y dos minutos que hacen de Troya una parodia.
Agua de cenagal,
papel mojado,
mis lágrimas a golpe
de pareado.

Apaga y vámonos, que
tantos entierros
no los velan ni cirios
ni serventesios.

Zahiere la regularidad impasiva del tiempo: las cuatro, las cinco, las seis.
No hay ábaco que cuente
las algazaras
que tu silencio liró en
tardes ajadas

ni deje a la altura de
tu insipidez,
más que el gitano acíbar
que arromancé.

La vuelta a casa en transporte público banaliza los incendios del alma.
Tus enmiendas duran lo
que un cigarrillo.
Mi hastío luce largores
alejandrinos.

Declaro por la presente:
nuestras reyertas
concomitantes son
octavas muertas.

Bailan un pasodoble a medianoche la compostura y el descalabro.
Gracias por los sonetos
que remendaste
con tu ausencia de esparto.
Todo un detalle

que seas un caballero
y me permitas
el placer de zanjarnos
por seguidillas.
Paula, en ascuas (no de inquietud, de ceniza).

1 comentario:

  1. BUENO, la negrita, incluído el final de ''Paula, en ascuas.''
    BUENOBUENO ''Tus enmiendas duran lo
    que un cigarrillo. Mi hastío luce largores
    alejandrinos.''

    BUENOBUENOBUENO cómo estamos, colega.;)
    Y por favor, notifícame a qué se debe tan herido texto!

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