sábado, 13 de agosto de 2011

La procesión va por dentro


o la liturgia de las presentaciones.

Lassitude (1896), Lautrec. La femme à huis clos.


[...] Me igneas de cerca: no te había planeado
tortuoso de nariz, cobre de tez
ni tajante de mentón. De mi sed,
que responda tu incendio encanallado.

Dispensemos lo consuetudinado:
«Encantada de» poderte distraer.
—Tú te ríes y yo «tengo el placer».
«Te presento a» las horas que he pasado
pensándote antes*.
                                                     *Traigo la tarea
hecha de casa, como ves.
                    
Estrechar
manos es una broma de mal gusto
cuando las estrecheces escasean 
y el tacto acata lo protocolar. [...]
(He aquí lo que subyace a un «hola» etrusco.)

paulasánchez

No hay comentarios:

Publicar un comentario