miércoles, 24 de agosto de 2011

Mujer de rojo sobre fondo gris.


-Art is art. Everything else is everything else.-
Ad Reinhardt.

Mis manos tenían vida propia, hacían aspavientos, dibujaban noches opacas en las que yo iba de rojo y él de sur y su acento era denso y el mío serpenteante. Yo quería decir que cómo no iba a quererle, cómo no querer a alguien así, pero solo me salían obviedades razonadas de mujer mediocre. Yo quería ser mejor que aquella que se lanza al sobreuso de los orificios, quería venderme por algo más de veinte dólares de taxi y dos tequilas.

Mis dedos acariciaban un anillo con forma de reloj que marcaba el mal paso de mi tiempo, el derrotismo cómodo de mi orgullo, la acolchadita memoria de tu contraoferta silenciosa. Yo pretendía pedir auxilio con la voz templada para no marchitar el oxígeno, para demostrar que había crecido. Una mierda de crecimiento, si mis pupilas se dilataban con el mismo desamparo que provoca una luz que se apaga. 

Mi pelo caía por su propio peso a un lado de mis hombros con un falso calor de velatorio helado. Yo quería decir que hay penas que no merecen, pero llegan; que hay penas que no merecen y aunque no lo hagan, yo las acojo como hijas de vientre abierto.Yo quería ser mejor pero me quedé en asequible.

Mi cara coloreada desprendía el brillo mate de las recién erradas, de esas que aún no han digerido el nubarrón lleno de clavos. Yo quería explicar que él me dolía como un descascarillado, minuciosamente irreparable. Yo quería mucho pero pareció que relataba una simple travesura.



[Yo no sé quién tiene la culpa de que los hombres ya no respeten a los hombres. 
Pero sé quién tiene la culpa de haber estropeado el beso de otros con historietas de callejón americano. ]



Paula Sanz.

1 comentario:

  1. Este es un mensaje digno de email. If you know what I mean. Podías ponerle una postdata con este enlace, que aprendiese español solo para entender esto.

    En cualquier caso, grande la sinceridad ("aquella que se lanza al sobreuso de los orificios", "me quedé en asequible"), las imágenes (la del anillo-reloj, porque lo llevabas la otra noche :) y la de "falso calor de velatorio helado"), el uso de dimintuvios (acolchadita), que es un recurso en el q siempre me siento incómoda, pero, sobre todo, lo de siempre, lo que mejor se te da, el casamiento de palabras que nunca nadie hizo antes: ¿acento serpenteante? ¿nubarrón de clavos? Siempre que haces una de estas me sale la medio sonrisa y me digo "ya está Paula Sanz ahí de nuevo" :)

    Gracias de nuevo por Luis Rosales, si tienes algún título q recomendarías en concreto dímelo y voy rauda a la casa del libro :):)

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