domingo, 1 de abril de 2012

Lick the palm of the burning handshake.

Quant aux gens que j'accuse, je ne les connais pas, je ne les ai jamais vus, je n'ai contre eux ni rancune ni haine.  Ils ne sont pour moi que des entités, des esprits de malfaisance sociale.  Et l'acte que j'accomplis ici n'est qu'un moyen révolutionnaire pour hâter l'explosion de la vérité [...]
Émile Zola,  J'accuse,  1898


 
1. J'accuse ma moyenneté (I accuse my averageness).

Me olvido de abrocharme los botones del vestido por las prisas. Hago llamadas importantes con voz importante y doy las gracias cada cinco minutos (gracias de seguir viva, digo). No suelo cenar, duermo siestas a las dos de la mañana y se me dispara la nómina (el disparo en mi sien, casi). Me proyecto, medro, aprendo, capturo, progreso. Perfecciono el apretón de manos, descruzo las piernas en el momento justo. Me engulle el éxito, me abraza el éxito, voy a comprarme vestidos con cremallera porque
my time is money, 
repiten aquí hasta la saciedad y yo me tapo los oídos: me da pánico ser capital humano. Ser tan aria como ellos me inmuniza cuando digo que soy del sur de Europa, que aquí es sinónimo de parasitismo económico y desempleo. En la calle de las embajadas me pagan por conducting strategic analysis and being foresight-oriented, que es como llaman aquí a pensar, aunque ser analista estratégico senior no les impide mirarte las piernas mientras te explican gráficos. Los viernes por la noche me cruzo con mi antítesis en fiestas de expatriados donde solo se hablan lenguas bárbaras.

2. J'accuse ma gourmandise (I accuse my gluttony).


Por cada euro que cobro se endurecen más las rocas de mi cantera. No quiero decirlo, no quiero decirlo pero eres la viva imagen de mi soledad y mi fracaso. Mejor tú que nada, mejor tu atención que nada, sentir que aún existe una masturbación con nombre propio. Haz algo conmigo, dame cuerdaNo me obligues a decirlo más, no me obligues pero podrías ser cualquiera y sin embargo, te quiero más para mí. El recuerdo de las flores rotas bajo la almohada se arruga en mí. Me abrumaba la vida entonces, me abrazaba la vida, tengo claro que
                                            nuestro tiempo era oro,
so much so I would still be willing to get earthly with you, even though the only thing you ever got right was kicking up my dust. Go on and tell me again how beautiful my breasts are, how I would be damned to eternally remain undressed from the waist up if you were granted the rare honour of bridling my bareness. I am shamelessly gagging for it. For the manlier you. For the uncivilised us.


3. J'accuse notre fragilité (I accuse our frailty).

Don't get me wrong, dear. I am not letting your theatrical betrayals fall apart at the seams. My mendings itch but I will last it out. Our pathetic threads have been spindled; now I dare us to
let gold rust but learn from time.
Se te perdona que me apostaras en una partida de dados, tus ademanes de casanova barato, tu lujuria de cristal. Se me perdona el recordarte a la carta (en forma de momentos, de frases: tú fumando en la ventana;  no me das miedo, Paula) y a deshora.
Se te perdonan el rechazo, la acritud y la vuelta a destiempo. Se me perdona el recordarte a la carta (en forma de momentos, de frases: quitarte las gafas antes de seguir; vuelve ya a Madrid) y a deshora.



paulasánchez y Paula Sanz

1 comentario:

  1. Muy bueno el artículo.

    Solo deciros para animaros la frase de mi amigo Porthos “es demasiado peso”. Yo siempre lo interpreté como lucha y lealtad.

    John Wayne

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