viernes, 28 de agosto de 2009

She who dwells


Es tarde, de verdad, en muchos sentidos, pero aquí estoy, de pronto, y sin nada mejor que un puñado de angustias espolvoreadas de milagros. Y lo digo mal y pronto, pero lo digo, porque esto es para no callar. Y lo digo, en bajo, por si es muy tarde, por si es quizá temprano y a tiempo. Por si acaso. Porque estoy multiplicando las palabras tiempo, tarde y pronto para ver si así acelero el ritmo, el que debería desprenderse de su lentitud venenosa.

Estamos a la deriva.

Por lo mismo algunos; por todo, todos. Porque nos hemos perdido por un camino que ni siquiera era el nuestro, porque la maldita frondosidad del hueco que dejas nos aniquila pausadamente, porque la espera cansa y cansa desde el centro de los huesos, porque los que estamos deberíamos no estar, o estar contigo. No hay aguas mansas de aquí a muy lejos, y nos faltan brazos de apoyo. Se hunde esta flota por exceso de paredes agujereadas.


Esta boca es la nuestra
.

La de los que aguardan sin expectativas pero con la esperanza hecha delgados hilos. La de las que no saben cómo explicar la desazón, el sacarse de quicio a uno mismo, la realidad demasiado palpable y demasiado fea. Esta boca es la de los que podemos seguir y seguiremos, pero no hacemos más que mirar hacia atrás y cimentar nuestros pasos sobre la reminiscencia. Estas bocas no suplicarán nunca, porque se contraen ante el
qué dirán, pero se susurrarán entre ellas todo el miedo que invade a golpetazos. A puñalada limpia.

Ojalá llegue la vida para siempre.
Ojalá el final, esta vez, sea el correcto.

Ojalá los que ahora son el horizonte más allá de nuestros ojos, entiendan lo que he querido decir.
Aunque lo haya dicho mal y pronto.





Paula Sanz.

1 comentario:

  1. Queda prometida una entrada sobre la esperanza. Para contrarrestar tus momentos de vacío, porque no te los mereces, y porque si tú estás aquí es para hacer realidad todos los ojalás que es humanamente posible concebir. No te vengas abajo Paula, que las manos se nos dieron para hacer en mayúsculas, no para teclear el mundo en forma de puntos suspensivos.

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