miércoles, 17 de marzo de 2010

I'm not always so stupid.


Moments in Modernism-Georgia O'Keeffe.
En lo elegante y elevado del concepto corporal, describirlo sin tener que lavarte la boca con jabón es, más que una hazaña, una flojera de la voz desorbitada. Sí, se supone que es una flor, pero parece una vagina. Es especialmente lascivo el hueco negro justo en el centro del cuadro, y es mortal y rosa, hace daño y todo lo contrario. Dílo, tienes más calor después de ver el agujero. Los pliegues carnosos de la parte de arriba sugieren una época lejana, aquella que defendía las pirámides majestuosas de la pausa antes del aire, del entusiasmo antes de la alegría. Lo siento, antes eras mucho mejor. Y además, los elementos curvados, la manera de contonear el blanco sobre el lila, de doblegarlos, es idéntica a los surcos que nacen sobre los labios cortados y sobre las costras antiguas de las heridas superficiales. No haces el mismo daño que cualquiera. Mi retórica caduca cada diez minutos, se me terminan los argumentos artísticoejemplares en torno a una pintura que merodea muy de cerca mi concepto de belleza. Vamos, que me parece preciosa desde todos los ángulos. Sí es cierto que mirar la morbosidad hecha cuadro hace que uno recuerde todas las veces triangulares y redondas en las que se compartió con otros contornos, que, lejos de ser simples pieles densas y jóvenes, eran también mentes respetables, exclusivas, deseadas. Creo que careces de este tipo de recuerdos. Yo creo en la minuciosa elección de colores pastel y fríos, como batir en una única espiral el espacio cándido -y en ocasiones helado-, que hay entre muslo y muslo, entre garganta y voz. Quiero decir que a todos nos falta y a todos nos sobra, a veces. No hay nada que invite a pensar en una mano próxima que vaya a salvar esta pulpa de su régimen violáceo,de una esclavitud con el destiempo de padecer. Te ganas a pulso el derecho de ser accesorio. Los dos pétalos rosados enmarcando la hendidura que fue húmeda resultan casi irónicos, son pura nostalgia de todos los ratos que merecieron ser experimentados con las piernas y con la vida abiertas. Lo que resulta irónico eres tú. Ahora ya no quedan recodos ocultos en el dibujo sobre los que, a estas alturas, no hayamos posado todos la mirada incrédula y revoltosa, divagando hacia un distinto tipo de vehemencia y de ardor. Todo esto para decir, en realidad, que lo que pasa es que te estás rozando la desvergüenza y la asquerosa vanidad.





Paula Sanz.

2 comentarios:

  1. Con dos huevos. Paula, estas mereciendo que la RAE se invente un adjetivo por encimla de brillante. Qué. Bueno.

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  2. ...me hace pensar que la gente teme la vejez, que nos avergonzamos de añadir dígitos a nuestras vidas, nos apenamos de envejecer, de seguir vivos, cuando en este mismo mundo hay gente que luchar por sobrevivir...

    paula me encanta como escribes...enhorabuena!!

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