martes, 16 de agosto de 2011

Arquitectura efímera.

 Joan Colom, 1960


Ah, pensaba que sí. Se le atragantan
los aires garbosos. El aguamiel
de la piedad le agrieta la garganta.

Yo sola, para azularme la piel
a golpe de pésames –de abstentes–,
me basto: tengo piedras a granel
y al yerro una tendencia persistente.

Maldita la indolencia que me atrae.
 Es lamentable electrizarme al verte
 –piensa mientras le habla y se distrae–.

Puestos a lapidar, que sea de frente
–exige al tiempo que la losa cae
aunque él no está de espaldas–. Él asiente,  
él sonríe lo justo y por cumplir.
Ella encuentra su falda improcedente.

paulasánchez

2 comentarios:

  1. No todo es cenagoso en la vida

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  2. No te puedo explicar lo apropiado que me parece y lo concretísimo. Siempre me dices que yo resumo mejor que tú las sensaciones. Pues, amiga, me acabas de dar una lección de las buenas.

    ''Ella encuentra su falda improcedente.''
    ''Puestos a lapidar, que sea de frente''
    ''para azularme la piel a golpe de pésames''

    Apaga y vámonos,

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