miércoles, 16 de diciembre de 2009

Questa Storia.



Con qué cara de pasmado vas a mirarme, hombre, cuando la altura de mi tacón amenace tu equilibrio cósmico (si aún existen hombres, y si tú te dejas impresionar por mi talla de mentira).
Cómo hacer para quitarme Italia de los oídos, sus ma pensa!, davvero?, va fa'n culo; cómo recomponerme y sacar la compostura de debajo de las sábanas, plancharla un poquito, enfundármela, sacudirle el olor italiano, y que parezca nueva (si es que Italia es prescindible y si es que tú no vas a notar que se ha trastocado su esencia. Si es que su esencia se ha trastocado realmente). Qué puedo hacer yo si verte sonreír de esa manera tan antigua, tan de hace tiempo, me despierta la euforia (si es que 'euforia' aquí no significa algo más romántico). Qué hago, de verdad, qué hago con el barullo de condicionales, de hipótesis, de límites tendiendo a cero, a infinito, a aquí, a América, a la misma tontería de siempre (si se le puede colgar una etiqueta al cataclismo psicológico que me precede).

Con qué responsabilidad vas a asumir tus actos pasados, hombre, al verme aparecer con la sangre tiritando y los ojos como platos (si es que aquí alguien se digna a hacerle frente a la vida). Cómo no pretender que podría bailar Van Morrison con cualquiera, que podría suspirar con cualquiera, que podría con cualquiera (si es que yo aún tengo la capacidad de articularme y de responder ante tu estímulo). En qué parte de questa storia he perdido los papeles, las excusas, el cambio para comprarle a otro su café (si es que tuve papeles en algún momento y si un café hoy se intercambia por un beso).

¿De dónde vas a sacar las fuerzas para abrazarme, hombre: del alma o de la convención social del contacto insufrible? (si es que un saludo puede volverse táctil en los tiempo que corren). Qué hago con los hilos que aún no he atado, con las ideas que me sobran, con las cenas a las que no asistí por aprensión; no hay manera de reescribirme para corregir el inoportuno error de tu perfección (si es que te mereces tal halago). Con qué maestría doblo yo la espada ahora y me retiro, dejándo atrás una ocasión, una cerveza y grazie mile per tutti (si jugar al pilla-pilla fuese una forma de ganarse la vida).

Qué me quieres, hombre, o qué me vas a desquerer cuando compruebes que yo no me arrepiento de sentirlo todo de golpe (si es que hablar directamente va a aligerarnos la carga). Cómo me coloco para intentar hacerme la valiente, la arrojada, la que tiene todo bajo control; en qué dirección hay que caminar para encontrar el punto de partida, de qué forma se agarra una copa y que no te tiemble el pulso, cuándo hay que deslizarse el tirante y no hacer el ridículo

(si es posible no reventar con un simple hola la burbuja perlada de mis expectativas).



Paula Sanz.

1 comentario:

  1. Me encanta entender a la perfeccion tu entradas jaja!
    "Si es posible no reventar con un simple hola la burbuja perlada de mis expectativas": yo no lo habria sabido expresar mejor!

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